Sé perfectamente que puedo enamorarme de vos sin tu menor esfuerzo.
Pero lo que más me asusta es que si me llegas a preguntar el porque no sabría como explicarte que es porque siempre te seguí buscando entre la gente, que una mirada tuya puede alegrar el mas sombrío de mis días, que tus palabras se graban en mi alma y podría pasarme la vida escuchándote hablar y que se me entrecorta la respiración en cada abrazo tuyo.
También sé que tu sonrisa es un factor de importancia, sin minimizar la alegria que me genera tu cercanía.
O podría adjudicarselo a la forma en la que te brillan los ojos o a la manera en la que caminas cuando te miro desde atrás y siento que podría parar el mundo en ese instante solo para contemplarte. Y entre otros millones de cosas me encandila esa capacidad que tenés para con o sin quererlo, decir lo que necesito oír.
Me perseguiste durante noches enteras, me quitaste el sueño, me desvelaste, me torturaste, me hiciste sentir impotente ante el mundo, te convertiste en mi fantasma incondicional.
Te acepte como parte de mi, como algo innato en mi ser, como algo que es así y no tiene explicación. La misma persona que si alguna vez llega a leer esto va a mostrar una sonrisa de asombro, porque apuesto mis sueños a que ni te imaginas todo lo que me producís en un solo momento.
Yo sé que hablo de más casi todo el tiempo, sé perfectamente bien que no encuadro de ninguna manera en el papel de principe que se podría ver al lado tuyo.
Te permito reírte de mis pequeños gestos de vergüenza y frustración cada vez que me equivoco en la letra de un tema o cada vez que mi torpeza hace acto de prescencia. Y además te dejo callarme cuanto quieras con uno de tus besos.
Solo quiero que sepas que vengo a ofrecer mi corazon, porque asi lo siento, porque asi lo quiero…
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