Siempre fui un fóbico a las relaciones. Me asusta la idea de terminar dependiendo de otro ser humano, cuando toda mi vida me jacté de no necesitar el consentimiento de nadie para moverme. Obvio, tengo mis momentos "enamoradizos", en los que no me vendría nada mal un poco de compañía. El día de hoy, si quisiera tener un saliente(por algo se empieza), podría. Es cuestión de mandar algunos sms y chamuyo. Más allá de mi desprecio a las personas en general, y el asco que me produce la onda Día de los Enamorados; no quiero. La parte graciosa de la historia es que estoy siendo tratada como una tonta. O por lo menos estoy apoyando el autoestima de alguien, porque siente que me tratado como a un tonto. El del gato y el ratón. Pero este ratón no se deja
alcanzar
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