Monday, March 7, 2011

Siendo un carnaval

Ocho y veintiuno de la noche. Después de darme una ducha, voy a mi habitación. Son carnavales y me voy a disfrazar. Comienzo por ponerme aquellos disfraces, sí, unas con dibujos de ovejas blancas y alguna negra, extraña. Me siento un poco así, raro, diferente. Sonrío. No fue a más, pero me trae buenos recuerdos. De pantalones, me pongo unos negros, normales, que concuerden con mi estado de ánimo. Sobre una de interior, llevo esa camiseta que te gustaba tanto, la que me decías que me quedaba tan bien, gris, como los días de lluvia. Ay, mi lluvia. Intento maquillarme, o mejo dicho, disfrezarme de felicidad. Me hace falta. La sombra de ojos da un efecto ahumado a mis mares. ¿Hay tormenta, pequeña? Eso creo, responde mi Pepito Grillo. Porque todos llevamos uno, y nos conoce mejor de lo que nadie nos conocerá jamás, ni siquiera nosotros mismos. Me pinto los labios de rojo, intentando que mis sonrisas destaquen más que mis penas, ya parezco gay, o un clown, no lo sé. Me despeino el pelo con un poco de paciencia, y trato de desenredar mis defectos para que tus virtudes puedan fluír mejor. Solo me falta el pañuelo, que huele a ti, a tu colonia, a tus besos en el portal. Y tu pulsera, desgastada de tantos abrazos. 
Y, cuando me miro en el espejo, descubro que me he disfrazado de ti. De tus ratos buenos y de tus problemas; de tus caricias y de tus enfados. Porque sabes que, aunque sea carnaval, no todo es de colores. ¿Así te gusto más?



No comments: